La industria del cine ha utilizado desde sus inicios los escenarios más variopintos para contar sus historias: océanos, desiertos, selvas y montañas nos han hecho disfrutar de múltiples e increíbles aventuras desde que eramos pequeños. En su esfuerzo por sorprendernos cada vez más con la puesta en escena y hacer volar nuestra imaginación durante los minutos u horas que duraban sus películas, los directores de cine llegaron incluso a transgredir las fronteras del espacio y del tiempo y se han aventurado a transportarnos no solo a rincones remotos de nuestra tierra sino también fuera de ella llegando hasta otros planetas.
Pero hay un tipo de películas que por encima de otras, quizás por su insultante escasez, arrastran a los apasionados de las regiones polares al cine o a sentarnos en frente del televisor, como si fuésemos atraídos por un potente imán, y dejar cualquier cosa que estuviésemos haciendo. ¿Que mejor sensación que la de sentarse cómodamente en una butaca para ver como otros pasan un rato largo dentro de la pantalla titiritando de frío?. Hablo por supuesto de esas películas que se ambientan en nuestras queridas tierras Árticas y Antárticas...esas que los que me conocen llaman "esas películas de los Polos" que tanto te gustan.
Cuando me aventuré a escribir esta publicación no sabía bien donde me estaba metiendo, tenía en mente unas cuantas películas sobre las que hablar y pensaba zanjar el tema con un solo artículo, pero cuando me puse manos a la masa, me di cuenta de que las películas que había visto eran solo la punta de un iceberg de dimensiones que yo todavía no me termino de creer bien. He pasado un buen rato tratando de localizar y ordenar todas las películas y documentales que se ambientan en regiones polares, árticas o antárticas y aún así, estoy seguro de haberme dejado alguna que otra fuera del tintero. Estoy elaborando todavía un listado que publicaré en la ultima parte de esta serie, porque me he dado cuenta de que lo mejor iba a ser hacer la publicación por partes para así poder extenderme algo más en algunas de las maravillas que he ido encontrando.
Cuando me aventuré a escribir esta publicación no sabía bien donde me estaba metiendo, tenía en mente unas cuantas películas sobre las que hablar y pensaba zanjar el tema con un solo artículo, pero cuando me puse manos a la masa, me di cuenta de que las películas que había visto eran solo la punta de un iceberg de dimensiones que yo todavía no me termino de creer bien. He pasado un buen rato tratando de localizar y ordenar todas las películas y documentales que se ambientan en regiones polares, árticas o antárticas y aún así, estoy seguro de haberme dejado alguna que otra fuera del tintero. Estoy elaborando todavía un listado que publicaré en la ultima parte de esta serie, porque me he dado cuenta de que lo mejor iba a ser hacer la publicación por partes para así poder extenderme algo más en algunas de las maravillas que he ido encontrando.
El domingo pasado emitían en La2 "Nadie quiere la noche" de Isabel Coixet, una de las dos únicas películas españolas correspondientes a este "helado" género del que os quiero hablar (la otra sería "Los amantes del circulo polar" que roza pobremente el privilegio de poder ser considerada como una de nuestras Películas de los Polos).
Nadie quiere la noche |
"Nadie quiere la Noche" merecería una publicación en exclusiva en este blog, ya que entre otras cosas ha sido merecedora de diversos premios cinematográficos. La menciono aquí tan solo de pasada porque ha sido su reciente emisión la que me ha inspirado a realizar esta publicación.
De los cientos de miles de películas que se han podido hacer a lo largo de toda la historia del cine, no más de 400.000 por lo que he podido comprobar en mis rápidas pesquisas por Internet, solo unas pocas utilizan tierras Árticas o Antárticas para desarrollar sus guiones. Sorprendentemente, no todas las que eligieron estas bellas e inhóspitas regiones heladas para desarrollar su acción, son siempre dramas que nos relatan el sufrimiento de legendarios exploradores polares, de hecho, son las de este tipo las que menos abundan. Por el contrario, existen numerosas películas de animación, y también muchas otras de acción y de terror que han encontrado en la nieve y el hielo una atmósfera perfecta para hacernos disfrutar de inolvidables emociones.
De los cientos de miles de películas que se han podido hacer a lo largo de toda la historia del cine, no más de 400.000 por lo que he podido comprobar en mis rápidas pesquisas por Internet, solo unas pocas utilizan tierras Árticas o Antárticas para desarrollar sus guiones. Sorprendentemente, no todas las que eligieron estas bellas e inhóspitas regiones heladas para desarrollar su acción, son siempre dramas que nos relatan el sufrimiento de legendarios exploradores polares, de hecho, son las de este tipo las que menos abundan. Por el contrario, existen numerosas películas de animación, y también muchas otras de acción y de terror que han encontrado en la nieve y el hielo una atmósfera perfecta para hacernos disfrutar de inolvidables emociones.
Algunas de las películas que aparecerán en el listado, tan solo hacen un guiño a estas regiones. El hielo aparece tímidamente en alguna escena suelta o solo en alguna pequeña parte de la película. Seguramente, cuando leáis entre los títulos películas de la saga de los Transformers o de Fast and Furious algunos os levantareis de la silla indignado y diréis: "Venga ya, ¿aparecen los polos en esa película?". Veremos también, algunos algo decepcionados, que las películas polares que podríamos llamar como "históricas", son una minoría que apenas alcanza la decena entre las casi doscientas que he localizado. Pero no desesperéis, aún así veréis que hay grandes películas de ficción, acción o terror ambientadas en regiones polares que no os debéis perder por nada del mundo si algún día las echaran por la tele.
Y ahora, vamos al grano. La primera pregunta que me hice cuando me decidí a hacer esta publicación fue, ¿Cual será la primera película ambientada en las regiones polares que se ha hecho en el mundo?
A mi mente rápidamente acudió "Nanook el esquimal", de la que hablaremos luego, pero no, resulta que había películas anteriores a ésta.
La primera película Polar con mayúsculas, es una película muda Francesa de 1912 llamada "A la conquéte du Pôle", de George Méliès, al que seguramente muchos conozcáis mejor por su obra "Le voyage dans le luna" de 1902, una de las primeras películas que se hicieron en la historia del cine, donde como recordareis, la pobre Luna acaba con el cohete del Professor Barbenfouillis (protagonizado por el propio George Méliès) empotrada en un ojo.
A mi mente rápidamente acudió "Nanook el esquimal", de la que hablaremos luego, pero no, resulta que había películas anteriores a ésta.
La primera película Polar con mayúsculas, es una película muda Francesa de 1912 llamada "A la conquéte du Pôle", de George Méliès, al que seguramente muchos conozcáis mejor por su obra "Le voyage dans le luna" de 1902, una de las primeras películas que se hicieron en la historia del cine, donde como recordareis, la pobre Luna acaba con el cohete del Professor Barbenfouillis (protagonizado por el propio George Méliès) empotrada en un ojo.
"A la conquéte du Pôle" 1912 |
La película muda, al igual que "Le voyage dans la Lune" , se inspira en las novelas de Julio Verne. "A la conquete du Pole" apenas supera los 30 minutos de duración y aún así, casi duplica la de su predecesora. Su rodaje comenzó apenas seis meses después de que Roald Amundsen pisara el polo sur en diciembre de 1911, por lo que es probable que la hazaña del noruego sirviese de inspiración a Méliès, a la par que se presentaba como una buena oportunidad para rodar una película al respecto. El Polo norte ya había sido supuestamente alcanzado en 1909, pero como muchos sabemos, la hazaña quedó inmersa en una bruma de controversia en la que probablemente pocos directores cinematográficos de la época quisiesen inmiscuirse. No fue el caso del estrafalario Méliès, que cuando fue cuestionado al respecto de la polémica existente entre Frederick Cook y Robert Peary, contrincantes que se disputaban el privilegio de haber sido los primeros en pisar el paralelo 90, la respuesta de Melie fue, que dado que él no creía que ninguno de los dos lo hubiera alcanzado realmente, lo mejor sería que él mismo fuera allí. Y efectivamente, así lo hizo, pero a través de la cámara y no encontrándose con traicioneros canales de agua abiertos en el hielo, osos polares y crestas de presión, sino con improbables enemigos labrados por su exhuberante imaginación. Unos riesgos un tanto insólitos, entre otros, el gigante caníbal de las nieves (escena estrella de la película por cierto) y una juguetona y traviesa aguja magnética ubicada en el mismo polo que se resiste a dejarlos partir hasta que finalmente son liberados y emprenden el viaje de vuelta mientras son saludados por un regimiento de pingüinos, si, lo habéis leído bien, pingüinos en el polo norte...Melies no tenía limites.
Como detalle curioso os contaré, aunque por supuesto os invito a verla, que los participantes en la expedición representan a diversas naciones, Francia, Inglaterra, América, España, China y Japón. Aunque en principio, deberíamos de considerarnos afortunados por encontrarnos en tan exquisito y selecto grupo, nuestro orgullo se tambalea cuando nos damos cuenta de que nuestro representante nacional (que porta un ostentoso gorro de aspecto sospechosamente mejicano), se llama..."Cerveza". Nada ofensivo por mi parte, aunque si curioso. Se ve que George Melies conocía bien a los Españoles.
Aunque la película es un ejercicio de imaginación que raya la locura, en algo no se equivocaba George, y su película por tanto es algo premonitaria en ese aspecto, y era en que el Polo norte sería alcanzado trece años más tarde por primera vez por aire (El tandem Nobile-Amundsen lo haría en el drigible Norge en 1926, y poco probablemente pero anteriormente en 1925, Richard Byrd, si creemos su versión de los hechos).
Pasan ocho años hasta que la siguiente película "polar" aterriza en los cines. Se trata de "The Romance of the Far Fur country" cuya traducción sería algo así como "La balada del lejano país de las pieles" realizada en 1919. Se define como uno de los primeros documentales que describen la vida de los comerciantes de pieles en el ártico, aunque por lo que he podido comprobar se trataría del primero que habla sobre esa región, ya que no he encontrado ningún otro documental anterior.
El nombre en inglés forma un juego de palabras curioso, ya que Fur, "pieles" en castellano, se pronuncia como "Far", lejos. Lo que hace que el nombre para los angloparlantes suene como "La balada de un país muy muy lejano".
Este film nace con la intención de celebrar el 250 aniversario de la creación de la Hudson Bay Company (HBC), y cuenta la vida de sus trabajadores y de los Inuit e indios con los que comerciaban en el norte de Canadá. Otra historia que merece una publicación aparte y de la que ya hablaremos. Lo impresionante de este documental es que se rodó sobre el terreno, realizando largos recorridos bajo muy duras condiciones. A través de sus fotogramas, podéis haceros una idea de como era la vida de aquellos traperos y de los nativos en aquella época ahora tan lejana. Solo he podido pescar este pequeño fragmento, no he podido encontrar el vídeo completo en Internet. Algunas de las escenas que se describen como más emotivas son aquellas en las que, al parecer, la población Inuit cuenta algunas de sus experiencias más crudas. Sinceramente, me quedo con muchas ganas de hincarle el diente.
Dos años después vio la luz una película más conocida por todos nosotros "Nanook of the north" o "Nanook el esquimal" como se tradujo en España. Un film que seguramente muchos de vosotros ya habréis visto, dirigido por Robert J. Flaherty, un director amateur miembro de la HBC. Nanook no es en realidad estrictamente una película, sino más bien lo que los expertos llaman un Docudrama, un film documental en el que aparecen actores que actúan añadiendo un cierto contenido dramático a la historia que se cuenta. En este caso, no obstante, yo diría que los "actores" se limitan a interpretar sus propias vidas, no como la familia que representan, porque al parecer no eran tal, pero si al menos mostrando parte de sus hábitos cotidianos. Ha sido considerado incorrectamente durante mucho tiempo como el primer documental de la historia, afirmación errónea, ya que como hemos visto los chicos de la HBC se adelantaron a Flaherty por dos años.
Como detalle curioso os contaré, aunque por supuesto os invito a verla, que los participantes en la expedición representan a diversas naciones, Francia, Inglaterra, América, España, China y Japón. Aunque en principio, deberíamos de considerarnos afortunados por encontrarnos en tan exquisito y selecto grupo, nuestro orgullo se tambalea cuando nos damos cuenta de que nuestro representante nacional (que porta un ostentoso gorro de aspecto sospechosamente mejicano), se llama..."Cerveza". Nada ofensivo por mi parte, aunque si curioso. Se ve que George Melies conocía bien a los Españoles.
Miembros de la delegación internacional. |
Pasan ocho años hasta que la siguiente película "polar" aterriza en los cines. Se trata de "The Romance of the Far Fur country" cuya traducción sería algo así como "La balada del lejano país de las pieles" realizada en 1919. Se define como uno de los primeros documentales que describen la vida de los comerciantes de pieles en el ártico, aunque por lo que he podido comprobar se trataría del primero que habla sobre esa región, ya que no he encontrado ningún otro documental anterior.
The Romance of the Fur country, 1919 |
Este film nace con la intención de celebrar el 250 aniversario de la creación de la Hudson Bay Company (HBC), y cuenta la vida de sus trabajadores y de los Inuit e indios con los que comerciaban en el norte de Canadá. Otra historia que merece una publicación aparte y de la que ya hablaremos. Lo impresionante de este documental es que se rodó sobre el terreno, realizando largos recorridos bajo muy duras condiciones. A través de sus fotogramas, podéis haceros una idea de como era la vida de aquellos traperos y de los nativos en aquella época ahora tan lejana. Solo he podido pescar este pequeño fragmento, no he podido encontrar el vídeo completo en Internet. Algunas de las escenas que se describen como más emotivas son aquellas en las que, al parecer, la población Inuit cuenta algunas de sus experiencias más crudas. Sinceramente, me quedo con muchas ganas de hincarle el diente.
Dos años después vio la luz una película más conocida por todos nosotros "Nanook of the north" o "Nanook el esquimal" como se tradujo en España. Un film que seguramente muchos de vosotros ya habréis visto, dirigido por Robert J. Flaherty, un director amateur miembro de la HBC. Nanook no es en realidad estrictamente una película, sino más bien lo que los expertos llaman un Docudrama, un film documental en el que aparecen actores que actúan añadiendo un cierto contenido dramático a la historia que se cuenta. En este caso, no obstante, yo diría que los "actores" se limitan a interpretar sus propias vidas, no como la familia que representan, porque al parecer no eran tal, pero si al menos mostrando parte de sus hábitos cotidianos. Ha sido considerado incorrectamente durante mucho tiempo como el primer documental de la historia, afirmación errónea, ya que como hemos visto los chicos de la HBC se adelantaron a Flaherty por dos años.
Cartel de Nanook el Esquimal |
En 1924 volvemos a pisar terreno que nos es familiar a muchos entusiastas polares. Se estrena "The Great white silence", o "El gran silencio blanco" que algunos conoceréis mejor por su sonora secuela llamada "90 grados sur" de 1933. Herbert Pointing, director de la película, era el fotógrafo y cámara de la última y fatídica expedición de Robert Falcon Scott a la Antártida transcurrida durante los años 1910-1913. Herbert Pointing, cuya obra es sencillamente espectacular, cuenta de forma gráfica por primera vez como transcurre una expedición polar real. Tuvo que esperar no obstante a la finalización de la primera guerra mundial antes de poder alcanzar al público de forma generalizada, previamente solo había sido expuesto su material de forma discrecional en las múltiples conferencias que se realizaron después del regreso de los expedicionarios a Inglaterra.
Algo más tarde, en 1925, ve la luz la primera película de animación Polar. Género que, como veremos en futuras publicaciones, monopolizará nuestras "películas de los Polos". Quizás mi entusiasmo por la tarea me ha llevado demasiado lejos al considerar una película de menos de cuatro minutos de duración dentro de este inventario, pero ...¿quien podría dejar fuera ésta joya? Os presento a "Buscando a Santa!" o "Searching for Santa", protagonizada por Krazy Kat, algo así como el Gato loco. Desafortunadamente no he podido encontrar por ningún lado este pequeño corto de animación mudo.
Searching for Santa! 1925 |
A "Searching for Santa!" le sigue Eskimotive, otra película de animación de menos de ocho minutos de duración donde un primitivo Félix el gato, atrapado en una pompa de jabón, acaba en el polo norte lidiando contra osos polares. Como veis, el cine de animación empezaba a posicionarse cuando del género polar estaba todavía en sus primeras fases de gestación.
Nos despedimos de esta decena con "The call of the north" o la "Llamada del Norte" de 1929, una película alemana que para mi, al menos, está envuelta en una espesa niebla misteriosa. Al parecer, cuenta la historia del único superviviente de una expedición polar que tras volver a su hogar, trata de averiguar que ocurrió con el resto de sus compañeros. Tan escasa información, lo poco que he encontrado está en alemán aquí, y una portada tan sugerente como la que vemos a continuaciónnos deja con la miel en los labios.
En la siguiente parte de esta, que parece va a ser una larga saga de publicaciones, nos adentraremos en las películas polares realizadas en los años 30 y quizá hasta 40. Si habéis llegado hasta aquí seguramente os habréis quedado con ganas de más. Paciencia, que ya están en el horno.
The call of the north o Ruf des Nordens |